Este sábado, un grupo de carreteros hemos participado en la segunda edición de esta prueba que se celebra en Reus.
Aquí va tanto la crónica de mi participación como mi opinión sobre la organización y desarrollo de la prueba.
Llego el viernes a Reus, a la feria donde se recogen los dorsales y donde al´día siguiente se dará la salida, la primera sorpresa viene de las filas que hay para recoger dorsales, menos mal que Francisco y Antonio me ven y me ahorro una buena tacada. Con el resto no me veo y por whatsapp intento que quedemos para la mañana siguiente antes de la salida, para saludarnos y hacernos alguna foto, luego cada uno irá a su marcha y será imposible; sólo me veo con Chely, ésto es algo que no me ha gustado, cada uno tendrá sus razones y no quiero polemizar, pero una foto rápida media hora antes de la salida no creo que hiciera daño a nadie.
Empieza la carrera, y yo que este año no he estado muy motivado, arranco en el último cajón y con la duda de si hacer la larga o la corta, el aire, el escaso entrenamiento y fundamentalmente las pocas ganas de sufrir me jugarán una mala pasada.
La salida es sin complicaciones y llegamos al primer puerto, el más largo y exigente de la ruta, La Mussara, 10 kms de puerto con 800 metros de desnivel, muy bonito y llevadero, voy a mi ritmo y ya veo que voy más lento que el año pasado, tardo 7 minutos más en subirlo.
Descendemos un poco, con frío, y llegamos a Capafonts, avituallamiento y a por otra subida, muy corta pero empinadita, me veo mal, con algún síntoma de calambre y pienso que no voy a poder con la larga, sobre el km 55 ya llevo un retraso de 15 minutos con el año anterior y me decido: a la corta.
Así que tras un rato de cresteo donde el viento sí que molesta, aunque mucho menos de lo que pensaba, llego al desvío y tiro para Reus, son 30 kilómetros de descenso divertidísimo donde paso a mucha gente, curveando, frenando, algún relevo y meta.
Ahora la impresión de la carrera:
Puntos a favor de esta prueba
El recorrido, exigente pero no imposible, rampas llevaderas, bonitas carreteras, tráfico abierto pero controlado.
El maillot, además de bonito y de calidad, la obligación de llevarlo puesto en carrera le da un punto original a la ruta
La facilidad para aparcar los coches, no necesitas llegar dos horas antes, ni media hora si no quieres.
Los avituallamientos, muy completos, a lo mejor no del todo bien ubicados, sobretodo el primero nada más pasar el control de paso del primer puerto, aglomeración que casi no te dejaba pasar.
Puntos en contra
La obligación de recoger el dorsal el día de antes, te obliga a pernoctar en la zona, seguro que lo han pensado.
La meta a 4 kms de la salida, la excusa de la seguridad no me convence, yo me ví más seguro el año pasado con policía en los cruces parando el tráfico. Si quieren llegar a compararse con QH que piensen que éllos cierran al tráfico dos pasos fronterizos y paralizan Sabiñánigo todo el día.
Lo peor de lo peor, el avituallamiento? final, un plato de pasta escaso con los restos de los demás avituallamientos y bebida caliente, por supuesto sin cerveza. Eso que fue lo más criticado el año pasado no ha mejorado nada.
En definitiva, no sé si volveré el próximo año, me gusta la ruta y no me supone gasto el alojarme, pero como ruta se puede hacer en grupo cualquier fin de semana y con una buena comida final.