Como soy el último en las rutas, me toca ser el primero en las crónicas. Pero así como yo las rutas las termino, espero de los demás que publiquen sus crónicas.
El sábado nos juntamos en Torla 13 compañeros, con la ausencia de Isaac y la compañía del UCZ Sergio. Desayuno, preparar las bicis y en marcha. Upsss, que hemos dejado los coches mal, los cambiamos de sitio y ahora sí, en marcha.
Bajamos por carretera en dirección a Broto y recogemos por el camino a Jesús y a Sergio. Con fresquito rodamos por carretera hasta el pueblo de Buesa. El valle está precioso, a pesar de la sequía de esta primavera. Antes de entrar en el pueblo, giro pronunciado a la izquierda y tomamos ya la pista en dirección a la Sierra de las Cutas. Como ya sabéis muchos por otras ocasiones la pista es muy bonita, entre bosques de alta montaña, abetos, pino silvestre, pino negro, etc., pero a su vez exigente. No puedo contaros como subía la gente, pues los perdí de vista desde el principio. Deciros que llevé la luz trasera encendida toda la ruta y nadie se dió cuenta. En el primer tramo me esperaron Antonio y Félix. Antonio me daba ánimos cantando el desnivel: 20%, 21%, ya floja 15%.
Poco a poco vamos subiendo y salimos, como decía otro insigne Félix, del protector bosque. Praderas de alta montaña, erizones en flor, lirios. Alcanzamos a Raquel, Santy y Javier y paramos a hacer fotos y comer algo. Reanudamos la marcha en una de las cuestas complicadas y arriba nos esperaba el resto del grupo. Nuevo descanso y ya hasta arriba. Llegamos al tramo de pista "horizontal" que une los miradores y como no vemos a nadie en ninguno, tiramos derechos al último. Sorpresa, no hay nadie. Han parado en alguno de los primeros y llegan un poco más tarde. Fotos de rigor, y sorpresa ante el espectacular paisaje de los que suben por primera vez. Disfrutamos un buen rato de las vistas y empezamos la vuelta. Alguien comenta que la bajada está de lujo, y así fue. Temíamos encontrarnos con la pista como hace dos años, rota, llena de grava suelta y complicada, pero ayer tuvimos suerte.
Los bajadores salen disparados y yo disfruto no siendo el último, soy el penúltimo. Bajo despacio, a ratos, disfrutando del bosque y empapándome de naturaleza.
Legamos al puente del río Ara, y doy la mala noticia a los que no lo saben, queda la peor rampa, la que sube a Torla. Alguno aprovecha las últimas "energías" que le quedan y sale disparado cuesta arriba.
Ya en el camping, recogemos, ducha, cervecita y comida. Tras los cafés, vuelve el Team y todo el mundo sale disparado.
Gran día, sitio de ensueño, sin ninguna incidencia y organización perfecta a cargo de Félix. A pesar de lo anterior, lo mejor, la compañía.
P.D. Las fotos que las pongan otros. Bueno veo que alguna ya han puesto