Ruta 08/01/2022 El molino solitario.
La primera del año.
Todo pintaba bien, la verdad. Comenzábamos año cargados de esperanzas. El 22 aparecía ante nuestros ojos colmado de deseos, de proyectos . Que si subir más fuerte Salinas unos, que si salir más en bici otros, que motivos personales los que más y en el corazón de todos que se acabara esto de una vez. Poder poner fin a las mascarillas, a las vacunas, a las distancias, a la prudencia y recuperar nuestras vidas, nuestras costumbres.
Aquí , en España, siempre hemos sido un poco diferentes al resto de Europa. Somos , aunque nos pese , una gente que no acaba de encajar y que , por otra parte, tiene una extraña magia en sus calles, en sus ciudades, en sus personas. Será por que gozamos de más horas de Sol, será nuestro carácter, despreocupado y divertido, no se qué pueda ser, la cuestión es que somos un pueblo acostumbrado a vivir de puertas para afuera, a abrazar a los amigos por que sí, a tomarte algo en una terraza un Domingo.
A vivir.
Volvamos a lo que nos importa. El día no salió malo , tan sólo un ligero viento, ligerísimo y se había calculado su dirección para que no nos fuera molesto en extremo. El punto de reunión esta vez la Fuente de la Junquera, ya que nuestros pasos irían encaminados con ese rumbo . Los convocados habituales y alguno que otro que, si bien no lo es, siempre es recibido con alegría y con ganas. Humberto y Miguel se personaron acompañados de José H. Este me comentó que Alfredo había tenido un pequeño incidente y que hoy no acudiría a la ruta. Su amortiguación se desinfló haciendo inviable la salida, por lo que tuvo que regresar. Allí acudió Inad , el artífice , el inventor, el padre de todo este genial grupo que llamamos BTTZaragoza. Me contò un poco reconocerlo al principio. Me sucede con más de un compañero (¿verdad Félix, verdad Toño?) , se dejan barba, se la quitan , ahora perilla, ahora mostacho... no se, me hago un lío y tengo que centrarme hasta que vuelvo a encontrar signos familiares en sus rostros.
Dani se había rasurado unos pelos que llevaba por la cara la última vez que lo ví , volviéndose un poco más joven y haciéndose por un momento un extraño para mi. Todos estos y este, su seguro servidor, arrancamos. Cabe mencionar que en el mismo lugar habían quedado los Riders y un poco más tarde los Team , casi nada.
Iniciamos nuestra rodadura por esta vía asfaltada , circula esta por las faldas de las planas, sobre pasando uno y otro pueblo de una forma cómoda. Algún ciclista ocasional con el que nos cruzábamos nos saludaba con un “buenos días”. Rodábamos de forma relajada. Dani me comantaba que no tenía mucho tiempo para salir últimamente y que andaba con uno y otro grupo, según el estado en el que se encontrara. Esta vez decidió probar con nosotros y tengo que decir que , en el terreno de lo personal, para mi todo un placer. El tío es un tigre, pero amable, incluso me atrevería a decir que ligeramente introvertido. Tal vez sea su prudencia o educación , se produce como una persona discreta y muy educada , pero no es difícil ver su brillo interior.
Las charlas se sucedían en la grupeta, ahora con Miguel, ahora con Humberto, bien con José. Los temas intranscendentes pero totalmente necesarios y que ,claramente , cohesionan al grupo y a las personas. Rebasamos Santa Fe, a poca distancia podíamos ver la bodega de los viñedos Rhey, que ahora sirve como lugar para celebraciones, para eventos le dicen. Rodábamos en ligero pero constante ascenso, como corresponde a esa ruta.
Al poco nos adelantaros unos cuantos Riders, aprovechó para saludarnos Robert y su eterna sonrisa. Un tío fuerte en cuanto a pedales se refiere, Javier, que hacía mucho tiempo que no veía e incluso Sebas refrenó un poco su marcha y compartimos unos minutos de charla geniales. Aprovecho para saludar desde aquí a José Antonio, tan amable y cordial como siempre.
Nos acercamos a la ávicola “Los Morenicos”, aquellos cuyo eslogan es “Güevos mucho güenos, güevos mucho gordos” , poco más allá se encontraba aquel lugar conocido como el paso de los carros , recordar que es donde propiamente empieza el ascenso por la Vallobera.
Fue José el que se dio cuenta y no tardó en avisar a los demás. Miguel , por alguna razón, no se encontraba bien , su rodar se había vuelto herrático, dibujando un zig-zag preocupante. Enseguida este se rindió a la evidencia y nos lo comunicó a los demás, estaba mareado, los oidos le zumbaban, no se hallaba bien y había decidido volver a casa, abandonar la ruta.
Mejor ahora que en pleno ascenso, cabe decir. Por lo tanto sabia elección. Lo único que ya sabes, querido lector, cómo es este grupo, cómo se produce, cómo hace las cosas. Enseguida se alzaron cien voces, aquí nadie se queda solo, por lo tanto se suspendía la ruta y nos volvíamos todos para casa.
Yo propuse a José volver con Miguel , de tal forma que el siguiera ruta con Dani, que quieres que te diga, para una vez que viene me daba coraje hacerlo volver. Pero no, el fue el primero que dijo que o todos o ninguno. Ese es el verdadero espíritu de este grupo, el que siempre ha estado ahí, el que nos guía y nos ilumina. El Ritmo, siempre.
Pues nada, dicho y hecho, volvimos sobre nuestros pasos, deshaciendo lo andado, todos a una , como fuente ovejuna. Ya en capital Humberto se ofreció para escoltar a Miguel hasta la misma puerta de su casa, Dani anunció que con probabilidad estiraría un poco más su camino y a la postre quedamos José y yo, huérfanos y desvalidos. Así que decidimos irnos al bar para calmar nuestras penas, para brindar por los compañeros caídos, para soñar con nuevos caminos y para no decidirnos si pedir un café con leche o unas cervezas debido a lo temprano de las horas.
De esta forma se desarrollaron los acontecimientos,así te animo a venir, a que veas el Ritmo y sus gentes y a que sepas que aquí nadie se queda solo.
Gracias mil.
V.